viernes, 13 de abril de 2012

Gordo

Ser gordo es todo un arte, es el arte de vivir en la mísera tristeza haciendo que los demás rían hasta que un día fijándote mucho en ellos aprendes a sonreír porque los gordos tenemos que hacer las cosas solos. Para ser gordo tienes que aprender muchas cosas porque con muchas cosas puedes intentar distraer a los demás para que no se fijen en que efectivamente eres gordo, al final termina gustándote lo de aprender cosas y aprendes a hacer amigos.
Siempre he pensado que la última lección que tiene que aprender un gordo es a amarse a sí mismo, porque nadie lo va a hacer, pero es difícil esa lección, y la desaprendes rápidamente cuando parece que esa persona que quieres que te vea como realmente eres lo ha hecho. Así es como los gordos nos caemos, y así es como aprendemos a levantarnos y lo más importante, aprendemos a dolernos, porque los gordos tenemos que dolernos a nosotros mismos de forma que el dolor que te puedan causar los demás sea insignificante para poder reconducirlo a un simple nudo en la garganta, eso es fácil de disimular.
Lo peor que le puede pasar a un gordo es querer a alguien. En ese momento ese alguien te puede llegar a doler más que tú mismo, si eso pasa has de saber cuando llega el momento de desparecer. Esa habilidad debe ser la más ejercitada de un gordo, tiene que saber desparecer para conservar la poca felicidad que tenga ya que con esa felicidad deberá levantarse al día siguiente y al otro y al otro, ser gordo es para toda la vida.
Yo soy un gordo más y estoy muy cansado de desaparecer, ya no quiero hacerlo más. Aprender esto tal vez sea lo más difícil pero espero que sea mí última lección como gordo…