domingo, 8 de mayo de 2011

Crecer

Se hace difícil crecer, darlo todo por algo que nadie más que tú puede ver o entender, por algo que puede caer en cualquier momento, por algo que antes no tenías y que ahora puedes perder. Tener algo que perder es más duro de lo que jamás imagine, y volver a estar solo ya no es como antes, se hace pesado por las noches, angustioso por las tardes, pero supongo que en esto consiste ser un hombre, en levantarte cada día, guardar ese miedo en un cajón mirar al espejo y convencerte de que eres capaz de vivir tu vida. Porque de eso se trata al fin y al cabo, no de buscar éxito o gloria, ni de demostrarle a nadie lo importante que puedes llegar a ser. Yo no soy un triunfador, una de esas personas que nacen evocadas al éxito y que tienen determinación y a autoestima para hacer todo lo que se propongan. Yo no tengo nada de eso, solo soy un artesano, y los artesanos solo tenemos nuestras manos, y es algo de lo que me alegro, porque he visto de cerca el poder y la riqueza, he visto la perdida de la humildad y es algo horrible, al menos desde mi punto de vista. Pero hay algo que puedo conseguir, o que al menos tengo la oportunidad de intentarlo y eso ya es todo un logro para mí, y por eso estoy aquí, pero el karma no perdona a nadie y yo no soy una excepción. he pagado un precio muy alto por una oportunidad, he tenido que alejarme de ti, y ojala pudiera decir que echo de menos tus calles, tus noches, o ese baile de miradas ajenas y despreocupadas, pero no. Lo que de verdad echo de menos es no tener a nadie a quien despertar, lo que de verdad echo de menos es que no haya nadie ocupando el salón él domingo por la mañana, echo de menos el sonido del timbre, echo de menos no tener a nadie con quien quedarme en vela por las noches, echo de menos los juegos y las risas, los planes sin sentido, los chistes de Chuck Norris. Ese es mi precio a pagar, he dado mi lugar en el mundo, por la simple oportunidad de poder poner pasión en lo que hago, de poder ser, porque para mí el triunfo no es conducir un gran coche, o tener una casa con piscina, para mí el éxito es levantarme cada día sabiendo que podré dedicarme a lo que hago con pasión, porque ¿Que hay mas importante que la pasión en la vida? Yo no voy a cambiar el mundo, no me encontraras en google, ni en wikipedia, no hay publico que grite mí nombre, nadie envidiara mi coche, nadie me dirá lo bonita que es mi casa, pero vivo cada día sabiendo que hago lo que hago porque es lo que me hace sentir bien, porque quizás consiga ser y eso ya es bastante para mí. Porque antes futuro solo era una palabra más del diccionario, pero ahora puedo darle significado, y aunque fracase, el solo hecho de poder haberlo intentado para mí es el mayor de los triunfos, y por eso al menos hoy, voy a salir a la calle con la sonrisa de aquel que tiene algo que perder.



sábado, 12 de marzo de 2011

El valor para marcharse, miedo a llegar.

A veces tienes que dejar atrás un tipo de miedo para sentir otro diferente. Deje atrás el miedo a las puertas, las puertas que en cualquier momento se podrían abrir para dar paso a los gritos, los insultos, el odio incomprensible, la tediosa y absurda destrucción y acepte otro tipo de miedo, el miedo a lo incierto, el miedo a decidir por ti mismo, el miedo de llegar, el valor para marcharte. En 1 día puede cambiar el mundo, en 4 horas puede cambiar tu vida, pero solo es necesario un minuto para cambiar tu miedo, un minuto para que esas voz de tu cabeza que te decía constantemente: “no repliques”, “mira al suelo”, “no es el momento”…. Se quede muda, y es en ese minuto cuando lo decides todo, es el momento de ser valiente, el momento de no preguntarse cómo, el momento de no arrodillarse y pedirle explicaciones a tu vida….pero sobre todo el momento de aceptar que todo puede terminar en un estrepitoso fracaso.



lunes, 31 de enero de 2011

Café

Era miércoles, lo recuerdo perfectamente, un miércoles como otro cualquiera pensé al despertar, así que como todos los días me levante, me puse aquella ropa vieja, tanto como yo, y marche de nuevo a ese pequeño agujero que hace que el mundo sea gris, pero uno no puede estar toda una vida sin color, a veces uno tiene apetito de algo más que de sombras así que corrí. Corrí tanto y tan lejos que me deje atrás a mí mismo, me deje en algún lugar sentado en un andén y allí estuve mil horas, noches y días pasaron y fui incapaz de moverme, no se a que esperaba, después de todo nunca nadie me hecho una mano a levantarme, de hecho no creo que lo hagan jamás, pero bueno tampoco importa.
Reencontré cosas buenas, aunque ahora que lo pienso más que cosas eran personas, es difícil encontrar una sonrisa a veces, pero se la merecían, así que hice lo que pude. Luego llego el verano, y los días pasaron deprisa, de hecho solo recuerdo la noche, noches bonitas a veces, quizás no tanto como me hubiera gustado, pero encontré un hueco para pegarme el corazón, después de todo no se puede tener valor sin corazón, el corazón es algo importante, en el puedes guardas muchas cosas, aunque yo no tengo demasiadas, solo una pequeña caja con un reloj y un perfume, una cinta de los Kiss y algunas otras primeras cosas.
Tuve buena compañía en verano, a veces algunas personas solo necesitan un abrazo, no cuesta mucho darlo, y si no te lo devuelve bueno… quizás no sea necesario, después de todo no soy más que sombra, y la sombra siempre llama a la sombra y no seré mas que eso y solo eso. Supongo que tengo que pagar al mundo por lo que debió darme, o quizás me lo diera y no me di cuenta, el caso es que me siento en deuda con él, y bueno esta es una forma tan buena como cualquier otra para saldar cuentas.
El otoño fue una etapa de olvido, el olvido que todo destruye, época de volver pero no demasiado, no es bueno volver demasiado, nunca estaré preparado para eso, pero el mundo no se para porque no estés preparado, gira y gira, así que no tuve más remedio que levantarme. Es un gesto complicado, muchas personas no entienden lo que un gesto significa o quizás yo veo demasiada profundidad en algunas cosas, pero para mí un gesto es muy importante, un gesto es una declaración de principios. Las palabras, las convicciones todo eso que consideran puro para mí no es más que una escusa para lavar la conciencia, son los gestos los que marcan la historia, y la mía es una historia muy pequeña.
El invierno es una época que siempre fue triste para mí, pero este invierno fue especial, fue un invierno de calma, de hacer las paces conmigo mismo, de encontrar la paz interior, porque uno no hace las cosas a la ligera. Quizás debiera recordar este invierno por la soledad, pero ya había estado solo antes, y después de todo no era algo tan especial, aunque a veces se echa de menos la buena compañía, pero bueno, gracias a dios perdí la intensidad hace tiempo, y la verdad, no la echo de menos, aunque para ser más honesto sí que lo hago pero uno siempre encuentra voluntad cuando no la tiene, y después de todo seguir adelante no es muy difícil, es inconsciente, que otra cosa podía hacer. Este ha sido un año muy duro, pero al fin y al cabo creo que me he ganado un café por la mañana, nunca lo había tomado, y es una sensación genial, mañana será martes y empezare mí nueva vida justo donde la deje, antes del miércoles, y espero que haya café.