domingo, 17 de octubre de 2010

Secundulá

Caigo de nuevo en un folio en blanco, descargo mi apatía, mi odio, muero en él, me desangro en tristeza manchando de sangre el papel, profanando la naturaleza para plasmar mi inhumanidad en cada una de las letras.

Olvide mi nombre, porque nunca nadie me quiso demasiado y porte la corona del Rey sombra cayendo en la ausencia que siempre empieza por mí mismo. Oculte mi rostro bajo la máscara de mi sonrisa ya que desde muy pequeño sabia que la felicidad que importaba no es la mía y por ello doy mi vida día tras día.

No obstante nunca olvides que no existo más allá de la última copa, no olvides que no tengo rostro, que nunca jamás sabras mi nombre. No olvides que nunca volverás a verme, que no importa lo que me ocurra, que jamás desfallecere, pero sobretodo no olvides que te quise todo lo que pude.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Diáfano

Me encanta esta sensación, dormir en verano y despertar en invierno, un ligero parpadeo, encender la primera luz del día y más tarde apagar el sol. Volver a dormir, siempre cerca de tu hombro, ya que si no podría perder el corazón, perder el miedo a la soledad y despertar en primavera. Odio la primavera, demasiada gente en la calle, pero tras el paso del tiempo caminar se ha convertido en un arte. Hay que saber bien como caminar, como apretar el casco a la oreja, como traspasar personas, personas de vidas felices, completas. Yo, en cambio solo tengo una sonrisa por eso me esfuerzo en cuidarla, es mi mejor arma, capaz de transformar el peor de los momentos en un atisbo de esperanza, si no, sería incapaz de dormir esta noche, dormir en invierno, despertar en verano , solo, asustado, diluyéndome en el paso del día pero eso sí, esta noche sacare a bailar mi sonrisa.

viernes, 7 de mayo de 2010

Dejarse llevar

La gente inteligente me llama ingenuo, tonto, iluso, pero a todos nos llega el momento de dejarnos llevar, de quitarnos todo eso que hay a nuestro alrededor que no nos deja ser nosotros mismos, y apostar por la esperanza, apostar por el lado bueno de este mundo, porque jamás he entendido de que sirve apostar por el malo, por la frialdad, tomar decisiones dentro de tu muro personal y no actuar hasta estar seguro por miedo a equivocarte, porque claro… al final te hacen daño. Durante mucho tiempo fui así, reservado, escondido, todo el mundo era mi enemigo, nadie me comprendía. Ahora sé que solo era miedo, miedo a todo, miedo a la gente, miedo a estar equivocado, y perder ese miedo no es fácil, no sé como paso, solo sé que un día desperté y era feliz, que no me importaba lo que los demás me hicieran, de que tenia apetito de gente, de mundo, de personas, quería engullir vidas ajenas, y empecé a ser yo mismo.
Ahora veo a esa gente inteligente que cree poder jugar con los demás, controlarlos, desde su pedestal de superioridad ven las vidas ajenas pasar y juegan a su antojo con ellas, y creen que no caerán jamás, yo creo que se deberían preguntar si algo de lo que han hecho les ha hecho felices, porque puede que yo sea un iluso, pero al menos se que lo he hago me hace feliz, me llena por dentro, prefiero hacer sonreír a alguien que jugar con él, que creerme por encima, prefiero que me conozcan y prefiero conocer aunque a veces duela, porque al final siempre salgo a la calle y sonrió, al final siempre me quedan flores por plantar, al final equivocarse es solo eso, equivocarse, y no hay nada más. Solo somos personas intentando vivir nuestras vidas, y merece la pena vivirlas y no pensar en lo que pasara si lo haces, hazlo, descúbrelo, y si duele… bueno el dolor se pasará, y al final, todos los malos recuerdos solo serán eso, recuerdos, y la tristeza solo es un trasto inútil que todos nos empeñamos en guardarnos dentro. Al final terminas resentido intentando romper todo, tediosa y absurda destrucción.

Solo me queda rendirme a los temores…
…ya los escucho venir
apagados en la noche
furtivos en el aire
gritando mí nombre




martes, 4 de mayo de 2010

amanece

Quítate la máscara y esa mirada impersonal, quita el sin sentido de tu vida, vuelve a ser como antes, como eras, pero esta vez olvídate de morir, olvídate del olvido y da un paso al frente. Piensa, que no hay abismo tan vacío para parar tus pasos, que no hay soledad tan intensa para evaporar la sangre de tus manos, ¡no mires atrás! por que estas allí, sentado, con la cabeza entre las piernas.

¿Buscando un lugar? ¿Un destino tal vez? Intentando romper el muro, ¿Quién sabe esas cosas? Mata a dios, grita un nombre que no tienes, ¿una apuesta segura? En realidad la vida solo es una gran perdida de tiempo y lo sabes, yo se que lo sabes. No tienes nombre, no tienes vida, es hora de hacer algo. Un tal vez, otro lo sabia, quizás, un debería, pero sigues ahí sentado con la cabeza entre las piernas, vuelve, vuelve, vuelve a ser como eras pero olvídate de morir por un momento ¿No tienes nombre? ¿No tienes vida? Es fácil conseguirlo, hazte un nombre, grítalo, grábalo…con sangre, con la sangre de los no inocentes, ellos te lo quitaron, moriste, ¿Viste la sangre correr? ¿Caer tu destino? ¿No? pero seguro que te hubiera gustado ver gritar al padre, al hijo, un quizás ¿Quién sabe? Pero olvídate, por un momento, olvídate de morir, ¿Por qué tienes que morir? Que dios ebrio te encargo la misión de Mesías, que entupido espíritu sagrado te nombró profeta , a quien le debes lealtad,¡A quien! si no es a ti mismo, una vida, una historia no hace falta más, te debes a tu memoria, morada del odio, del pánico ¿Cuánto hace que no ves salir el sol? Un tal vez, otro lo sabía, un debería, al fin y al cabo demasiado tiempo.

No llores, el suelo jamás soporto el peso de tus lágrimas, piensa, hazlo despacio. Naciste libre, viste el cielo azul y te maravillaste, sentiste la noche, y el tiempo y las estrellas y un mundo bajo tus pies, aceptaste tu nombre y una vida, ¿Un futuro? Quién sabe, te recogiste bajo el manto de Dios y lo mataste, dejaste su cadáver en la acera y te marchaste de allí, arrastrando en tu suela sangre divina, doblaste, partiste y enterraste las reglas, te declaraste impío, dueño de un mundo que solo tu podías ver, pero te equivocaste, admítelo, por que lo hiciste. Te levantaste por la mañana, miraste al espejo y no estabas ¿Qué esperabas? Te perdiste, sabes que te perdiste, una parte de ti siguió adelante quizás, tal vez no y ahora caminas con esa máscara, esa mirada impersonal, y las manos manchadas de sangre pero nadie te llama asesino y no paras de darle vueltas, el por qué te golpea una y otra vez ¡No lo ves! claro que eres un asesino, pero al único que has matado es a ti, a ti mismo.

Naciste un buen día, bajo un humilde cielo, te enamoraste de la vida siendo un ser frío, la noche llego y te acogió en sus brazos, morando parajes extraños, maestro de exóticos algoritmos, dueño y señor del sueño y la esperanza, creías que la vida sonreía, te diste cuenta de que estabas solo cuando no viste gente a tu alrededor, ni una palabra, ni un sonido, ni una mirada, no existen las miradas en tu mundo, ni en el mió, suicida confeso, criatura de rubí. Te dedicaste a perseguir al minotauro, tiempo para una distracción, pensaste, y suspiraste al ver morir la noche, y el día te castigo, con un puñado de miradas, con la soledad y el dolor, para de llorar, ¿Estas solo en el mundo? Asúmelo, y muere, siempre supiste que no estabas hecho para estar demasiado tiempo.